Associated Press
SANTIAGO (AP) — La Policía de Investigaciones de Chile informó el viernes de la detención de un exintegrante de la Guardia Nacional Bolivariana de Venezuela y otros cinco sospechosos que habrían cometido varios delitos en el país bajo el comando de un integrante del Tren de Aragua detenido en Estados Unidos.
Los seis acusados, todos de nacionalidad venezolana y quienes estaban en Chile de manera irregular, fueron arrestados por diversos delitos, entre secuestros, homicidios y posesión ilegal de munición, cometidos entre junio y diciembre de 2024, explicó en una rueda de prensa el jefe de la brigada Antisecuestros de la región Metropolitana, Hassel Barrientos.
Uno de los detenidos, cuya identidad no fue revelada, “había sido integrante de la Guardia Nacional Bolivariana en su país de origen, y precisamente en el equipo antisecuestro de esa organización”, precisó Barrientos, al destacar que el acusado ingresó a Chile de “forma clandestina”.
Según las investigaciones, el grupo estaría vinculado a la banda criminal Tren de Aragua, nacida en las cárceles de Venezuela y calificada como organización terrorista extranjera por el gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Asimismo, indicaron que el autor intelectual de varios de los delitos se trata de “El Turco”, actualmente detenido en Estados Unidos. Es uno de los presuntos involucrados en el secuestro y homicidio del exmilitar y disidente político del gobierno venezolano Ronald Ojeda en febrero del año pasado, en Santiago, un crimen que las autoridades chilenas sostienen que tiene motivaciones políticas. Por su parte, la fiscal a cargo del caso, Marcela Adasme, destacó que los detenidos formaban parte de una “agrupación criminal destinada a cometer el delito de secuestro y secuestro con homicidio”, que muchas veces contaba con la participación y coordinación de miembros que estaban el extranjero para realizar extorsiones al círculo familiar de las víctimas.
El Tren de Aragua opera actualmente en Chile bajo diferentes células, precisaron las autoridades, después de que consiguieran infiltrarse en el país a partir de 2019 aprovechando la llegada de decenas de miles de migrantes que cruzaron la frontera por pasos no habilitados y en su mayoría controlados por integrantes de la propia facción.